«TODO».

Susana atravesaba unos días de máximo stress, en el colegio era época de exámenes y en el deporte que actualmente practica se estaba preparando para una cercana competición. Todo esto le provocaba un estado de apuro y tensión desorbitado que acabó en un proceso febril con tos.
Era imprescindible acompañar al tratamiento homeopático que estaba demandando con una explicación sobre lo que le estaba ocurriendo.
La enfermedad es la no aceptación de «algo». Este «algo» lo podemos analizar desde cuatro niveles.
La enfermedad es una ruptura con la naturaleza, Susana no permitía que su cuerpo se recuperase, lo tenía exprimido al límite. Es pues evidente que tiene que aprender a dosificarse. El cuerpo enferma para que paremos y descansemos. Hacer caso omiso supone ir en contra de las leyes fundamentales de la madre naturaleza.
También es una ruptura con los demás. En este caso la chica tenía problemas de relación con sus entrenadoras. Susana se esfuerza todo lo posible en los entrenamientos, más allá de sus límites físicos: En gran medida actúa de ese modo para no defraudar a sus monitores. La búsqueda de aprobación de los otros para sentirte querido es un tema a descubrir. Es importante comprender esta fantasía innecesaria.
Ruptura con los demás y también ruptura con uno mismo, durante la consulta telefónica confesó su gran autoexigencia. Su caracter le lleva siempre a dar lo mejor de sí mismo, «soy muy estricta conmigo misma»: manifestó. Esto que para muchos es una cualidad, no deja de ser una responsabilidad exagerada, y como todo lo falto de equilibrio, dañino. Uno no tiene la obligación de ser mejor de lo que es, esa falta de aceptación nos lleva a enfermar. Tenemos todo el derecho a existir tal y como somos.
Por último el enfermo rompe con lo espiritual, con su naturaleza divina, en definitiva rompe con la ley del amor. Corrompe el amor a sí misma al no respetarse, corrompe el amor hacía el prójimo por sostener una relación falsa y no querer entrar en conflicto al no manifestar lo que siente a su entrenadora. Corrompe el amor a su verdadera esencia espiritual que lo único que quiere es que vea y entienda que el Amor es el sostén de Todo.
Su perro que causalmente se llama Todo, dormía con ella y «ejercía» de su sombra, no tardó en contagiarse del stress y de la melancolía de su compañera humana. Los sintomas mentales-emocionales de Susana los somatizó en una bronquitis.
Los dos, perro y dueña, recibieron medicina homeopática y la aclaración de que el proceso de recuperación de la salud requiere de una reconciliación con uno mismo, con los demás, con la naturaleza y con lo espiritual.
Susana también comentó que desde pequeña se sentía oprimida por el sistema escolar, que le gustaba viajar y odiaba la rutina, anhelando cambios en su vida. Los argumentos anteriores, junto con la tos nocturna nos llevó a la medicación tuberculinum 200ch. Se produjo una mejoria a nivel físico, emocional y relacional, en fin se aprovechó la enfermedad como una oportunidad para evolucionar en Todo aspecto.