ACERCA DE UN CASO DE INTOXICACIÓN
Somos seres integrales, no somos únicamente un cuerpo, ni un conjunto de reacciones físico-químicas. No podemos olvidar nuestros aspectos emocionales, mentales y sociales.
Perros y gatos también sufren como nosotros en estos niveles. La enfermedad no solo es corporal, hay que considerar factores de origen mental-emocional y conflictos relacionales. Por lo tanto la enfermedad es integral, de este modo es necesario buscar salud integral. Tratar solo lo físico y obviar el «alma» es no ser consciente de lo que la salud es.
Asi los médicos y veterinarios debemos ocuparnos del cuerpo y sus alteraciones, pero no de eso unicamente, sino tambien de la enfermedad interior.
¿Cómo lo hacemos? disponemos de una herramienta llamada homeopatia que considera todos los aspectos a mejorar en la salud integral.
La cultura predominante demanda que el médico se ocupe del cuerpo físico y sus dolores, perdiéndose la oportunidad de entender los sintomas corporales como una bendición, una oportunidad de darnos cuenta de algo que necesitamos incorporar en la conciencia y en el movimiento espontáneo de la vida, para dar un salto en lo fisico y en lo anímico. Asi la medicina convencional nos confunde sosteniendo el desorden de priorizar el cuerpo en vez del alma. Para volver al orden hay que dar prioridad al alma, en lugar de otrogársela al cuerpo, eso genera orden, paz y salud.
Actualmente asistimos a un deterioro de la salud animal, los hipertratamientos veterinarios vigentes son un disparate que anulan el salvajismo de perros y gatos. La homeopatía tiene que despejar la mente de la población para que no se admita el capricho de destrozar la fuerza vital de los animales que conviven con nosotros.
La medicina actual está cargada de culpa, pretende eliminar todos los síntomas a toda costa sin valorar el daño posterior a medio o largo plazo.
La homeopatía resuelve tratar la enfermedad para que el paciente, ya sea perro o humano, se desarrolle como un ser creativo y activo, sin crear un estado de «anestesia» asintomático que destruya la vitalidad del paciente a base de suprimir síntomas.
Realmente un buen médico o veterinario no está pendiente de evitar el dolor y el sufrimiento, sino para aprender de ese dolor y sufrimiento…..si lo evitamos no aprendemos. Se interesa más bien en aumentar el vigor, los síntomas son guías, no se pelea con ellos.
Golfo, es uno de los perros que vive con Sabina, volvió de una de sus rutinas campestres con un cuadro digestivo de vómitos. La piel de su abdomen y pecho mostraban amplias eupciones rojas no pruriginosas.
Este conjunto de síntomas tan llamativos nos hace pensar en una posible intoxicación aguda, quizás sufrida durante su último paseo.
El tratamiento médico tradicional en este tipo de casos asiduamente consiste en aplicar de forma imprescindible suero intravenoso y corticoides entre otros fármacos. Al menos ésta era mi práctica habitual en la década de los noventa cuando aún no estaba plenamente formado en homeopatía. El uso de estas medicaciones no asegura el éxito en el tratamiento, ni tampoco promete la no aparición de consecuencias negativas que podía padecer el organismo posteriormente, como resultado de su empleo.
El paciente en cuestión no recibió tratamiento convencional, a decir verdad, Golfo ni siquiera apareció por la clínica, Sabina, su guardiana, recogió de mi consulta una medicina homeopática: China Arsenicosum 200ch. Esta medicina no ejerce su acción combatiendo la sintomatología que aparecen en el perro enfermo, sino que actúa promoviendo el poder curativo interno que la naturaleza nos brinda. Golfo tomó varias dosis vía oral de dicha medicina, al día siguiente cesaron los vómitos y su piel recuperó su estado normal.
Aquí las fotos de la evolución de la piel de Pulga.